viernes, 16 de diciembre de 2016

(Curiosidades)
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Confieso que me atrae leer cuanto nos expone la filóloga Rosa Martínez, y de vez en cuando editar aquí como cosa curiosa, algunos de sus estudios. Creo que merece repasar, aunque tal vez ya lo sepamos, esas frases de uso bastante común, con aplicación muy definida pero que se nos olvida, o no sabemos, su origen. Y esta vez toca:

"PELILLOS A LA MAR

¿Suegras y nueras? ¿Cuñados? ¿Amigos que no ven las cosas de la misma forma?...
¿Quién de todos ellos no ha tenido alguna vez un motivo de fricción?
Tal vez los lazos de sangre o bien la amistad de muchos años hacen que decidamos que es más válido pasar página y olvidar, que seguir obcecados en un enfrentamiento que causa más dolor que otra cosa y no reporta nada de positivo a las personas enfrentadas.
Según fuentes andaluzas, concretamente, según Rodrigo Caro (Días geniales o lúdicos, del siglo XVIII) y Francisco Rodríguez Marín (Cantos populares españoles, 1882) parece ser que coinciden en decir que los chiquillos de esa época hacían las paces cortándose unos pelillos y echándolos al viento para que el mar se los llevara. Era un signo de que igual que el mar se lleva todo, llevarse sus cabellos simbolizaba llevarse también las peleas de cada uno de ellos.
Pero mucho antes de esas fuentes provenientes de Andalucía, y según cuenta uno de esos autores, Rodrigo Caro, explica un pasaje de LA ILÍADA en el que troyanos y griegos tras hacer las paces por un conflicto creado por ELENA, PARIS y MENELAO (problemas de amores a tres bandas) deciden sacrificar unos corderos a los que antes habían cortado parte de su lana (o pelo) arrojándolo al mar como muestra de reconciliación. El mar supone ser un lugar infinito que arrastra todo lo malo y lo hace desaparecer en su continua corriente.
Una segunda versión, también relacionada con el mar, tiene carácter más costumbrista y ocurrió al parecer en Málaga, en el siglo XVI. 
Un vecino tuvo una pelea de tal calibre con su peluquero, que acabó en duelo dramático. Uno de ellos, herido de gravedad, se dio cuenta de que la pelea no valía la pena. Pidió perdón a su contrincante reconociendo haberle hecho mucho daño con su comportamiento. Para sellar la paz, ambos se embarcaron hacia América y durante la travesía por el mar arrojaron todo el pelo almacenado por el barbero como símbolo de ruptura con lo que había ocurrido, y símbolo de una nueva vida.
Esta versión la hemos oído también como posible origen de la expresión y, cierta o no, quería compartirla con todos ustedes. Ya saben: "EL SABER NO OCUPA LUGAR".
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4 comentarios:

  1. Muy buena tu información, sobre "pelillos a la mar" yo la había oído la expresión pero no sabía de donde procedía. Un abrazo y ¡FELICES FIESTAS!

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  2. ¡Felices fiestas, solete! Gracias por tu comentario.

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  3. me ha gustado, ha sido entretenido y educativo porque de todo hay que saber. Saltos y brincos

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  4. Pues saludos y brincos aunque los segundos me cuesten, los primeros no necesitan ningún esfuerzo. Gracias ester.

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