jueves, 28 de abril de 2016





(Mensajes Acueducto Azul)
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En este mundo de hoy, hay muchos corazones de piedra que no se ven, porque no sienten, ni palpitan, ni vibran. Porque les escurre el agua que se infiltra en la tierra que les sujeta y con el primer rayo de sol se secan. Pero al fondo, si la tierra es buena, permanece una parte húmeda que les mantiene en su entorno. De no ser así, de ser la tierra árida, pedregosa, a la primera ráfaga se despegarán rodando monte abajo hasta confundirse en el pedregal.
No escuchemos el crujir de los corazones de piedra cuando ruedan y seamos cual la buena tierra. Dejemos empapar nuestro interior de la mansa lluvia, para que surja la fértil hierba, las flores, las semillas, y dejemos que acudan los pájaros transformados en alegres y santas locuras. Agradezcamos a Dios la primavera, con su aire, su sol y su lluvia; con el reverdecer de los árboles, y la explosión de las flores. 
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4 comentarios:

  1. Los corazones de piedra se pusieron duros de tanto penar, con un poco de cariño se ablandaran. Un abrazo

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  2. Gracias Ester por tu comentario. Y tienes razón, el amor y la fe ablandan los corazones, si se dejan.

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  3. Debe ser terrible tener un corazón de piedra. No saben lo que se pierden.
    Besos

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  4. Yo creo que ni siquiera se dan cuenta. Gracias por tu comentario Ambar.

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