¿QUÉ FUE DE LOS MIL CAMINOS QUE CONDUCÍAN A ROMA?
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Ni Roma es ya la Roma de otras Eras,
aquella de los césares latinos,
que trascendía de los Apeninos

hasta abarcar el Orbe, sin fronteras,

ni nuestra Roma de las primaveras
es ya la dulce Roma de los trinos
a la que iban también los mil caminos
que hacían delirar a nuestras fieras.
Tan sólo queda de ambas la memoria
-vestigios del ayer para la Historia,-
pues todo con el tiempo periclita.
Y así, de los senderos del pasado,
Vías Apias que llevaban el pecado,
mejor rezarle un tríduo a Santa Rita.
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ALEJO F.VALENCIANO
Las Palmas de G. Canaria