sábado, 14 de noviembre de 2009


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(Expedición Oceana)
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¡SALVEMOS NUESTROS "DOÑANAS" SUBMARINOS!
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Esponjas chupa-chups, anémonas carnívoras, bosques de gorgonias... Nos sumergimos en aguas españolas del Atlántico, el Cantábrico y el Mediterráneo con los cientificos de la organización internacional OCEANA, empeñados en proteger nuestra riqueza submarina, unos cien mil kilómetros cuadrados de fascinantes fondos en peligro.
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(Por Carlos Manuel Sánchez)
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Aun par de millas del faro de punta Cumplida, al nodeste de LA PALMA, el catamarán RANGER, un antiguo barco hospital reconvertido en buque científico, se queda al pairo y a merced de los incómodos alisios. A bordo comienza el trajín. Con ayuda de una grúa hay que echar al agua un robot submarino (ROV). Un larguísimo cordón umbilical de fibra óptica (una manguera amarilla de más de 500 metros) lo une a un monitor que recibe las imágenes en cubierta. Un JOYSTICK sirve para manejar el ROV, una tarea difícil, pues las corrientes son fuertes y los fondos, escarpados, propicios a los enganches.
Casi a las primeras de cambio aparece la silueta estilizada de un cazón.
Científicos y tripulantes aplauden. El pequeño tiburón es grabado durante unos excitantes segundos. Después, van desfilando por la pantalla corales negros, esponjas chupa-chups, anguilas lardineras, anémonas atrapamoscas, peces papagayo...
Un fondo riquísimo y, al mismo tiempo, un exosistema lamentablemente indefenso.
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Si DARWIN levantara la cabeza, seguramente se embarcaría en el Ranger. Su espartano espacio habitable es un bendito barullo de enciclopedias de biología y zoología, cables, monitores, bocadillos, trajes de neopreno y entusiasmo colectivo y contagioso. Y eso que los científicos de OCEANA llevan ya tres años explorando las aguas territoriales españolas y documentando las especies que habitan en ellas. La bióloga ANA DE LA TORRIENTE se afana por identificar a los bichos que aparecen en la imgen, con ayuda de las fotografías de los libros especializados; todos ponen de su parte, aunque a veces no es nada fácil. Sólo en las islas Canarias han descubierto una decena de especies nunca vistas: ESPONJAS CRISTAL, CORALES BOLA O PECES ARMADOS.
A esto hay que sumar otras que nunca habían sido filmadas en su hábitat, cmo cabrachos, gallos plateados, jardines de gorgonias batiales y corales con forma de abanico.
La organización conservacionista OCEANA, que cuenta con el patrocinio de LA MER (Estée Lauder), lleva desde 2006 explorando los fondos marinos del Mediterráneo, las rías gallegas y las aguas cantábricas, y acaba de terminar su expedición por el Atlántico sur en un proyecto apoyado por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Su objetivo es elaborar una lista de las zonas de mayor valor biológico con el fin de protegerlas. Serán los futuros "DOÑANAS SUBMARINOS".
O deberían serlo, pues España ratificó el convenio internacional sobre biodiveridad de la ONU, que obliga a los paises firmantes a que tengan protegidas el diez por ciento de sus aguas para el año 2012. En el caso de nuestro país, esto implica -o así tendría que ser, al menos- la protección de unas 100.000 kilómetros cuadrados (aproximadamente, la extensión de Andalucía). De momento, el objetivo se antoja lejano. En la actualidad, nuestras reservas marinas apenas suman 5.000 km. cuadrados, el 0,5 por ciento del total.
Un ventajoso efecto colateral de esta protección sería que supondría una mejora de la pesca, ya que las zonas vedadas servirían de refugio y lugar de cría a peces y otras especies comerciales, lo que beneficiaría a las zonas circundantes donde si está permitida su captura.
No se puede proteger lo que no se conoce, y hasta ahora no se conocía lo que había en estos fondos, sobre todo a partir de ciertas profundidades, donde no llegan los submarinistas, explica Ricardo Aguilar, director de Investigación y Proyectos de OCEANA EUROPA.
No sólo es necesaria la creación de nuevas zonas de protección, sino también la ampliación de muchas de las existentes. La mayoría de nuestras reservas marinas son muy pequeñas; apenas alcanzar el km. cuadrado de extensión por término medio. Nuestro litoral sufre, además, una gran presión.No hemos encontrado ni una sola zona virgen. Donde no hay marcas de los pesqueros de arrastre, hay restos de aparejo o basuras. Pero el mar es muy agradecido, y en cuanto hacemos algo por él, nos paga con creces. Si una zona recibe protección, aunque esté deteriorada, en poco tiempo la vida vuelve a ser exhuberante.
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OCEANA ha propuesto 25 hectáreas de gran interés en el Atlánticos sur y el Mediterráneo para convertirlas en zonas protegidas. No sólo en la costa, como las escasas que existen en la actualidad, también mar adentro. Son zonas que no están sometidas a ningún programa de conservación, como las montañas submarinas del canal de Mallorca (Baleares), Seco de los Olivos(Almería),Placer de la Bóveda (Málaga), cañón de Palamós y cabo de Creus(Girona),Cabo de la Nao (Valencia), pradera de Burriana (Castellón), Seco de Palos e isla Paloma (Murcia),Mar de las Calmas (El Hierro) o isla de Lobos(Fuerteventura), entre otras.
También pide que se amplíen zonas ya protegidas como Columbreras, Alborán, islas Hormigas, o Doñana. Además, hay que sumar las propuestas en las rías gallegas y el Cantábrico, como Getaria (País Vasco), cabo de Peñas (Asturias) o punta de Sanabria(Cantabria).
A bordo del catamarán, cuando termina el trabajo con el robot, le toca el turno a los buceadores. Al final de una inmersión, cuando ya están subiendo a la superficie, se cruzan con una tortuga boba a unos diez metros de profundidad. La reacción de la tortuga es inmediata; en cuanto los ve, se precipita sobre el objetivo del fotógrafo Carlos Suárez.
Más tarde se enteran de que los submarinistas locales suelen llevarle distintos alimentos para comer y el animal ya asocia a los buceadores con la comida.
Esto nos recuerda que modificar los hábitos de los animales silvestres es una práctica lamentable -concluye THIERRY LANNOY, coordinador de buceo del Ranger, porque crea trastornos en su comportamiento y nos da una impresión equivocada de su auténtica naturaleza.
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PARA SABER MÁS:
FUNDACIÓN BIODIVERSIDAD: www.fundacion.biodiversidad.es
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