jueves, 29 de octubre de 2009


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Montesquieu al salir de Roma fue a despedirse del papa Benedicto XIV, quien le dijo:
- Querido presidente, quiero darte una prueba de nuestra estimación. Nos, os concedemos permiso para que tú y toda tu familia podáis comer carne todos los dia de la semana.
Montesquieu dio las gracias al pontífice y se retiró. Poco después un prelado fue a visitarle y a entregarle la bula de dispensa con una lista de gastos, emolumentos, derechos y honorarios.
Montesquieu al enterarse de lo que subía el importe de la bula la devolvió al prelado diciendo:
-No permita Dios que acepte estos papeles, el papa me ha dado su palabra y le ofendería si dudara de ella.
Y no pagó.
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