martes, 15 de septiembre de 2009


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EL MENDIGO
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Francisco Lezcano
Lezcano
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Cierto día camino de la escuela, descubrí en la esquina más cercana de mi casa, un pordiosero al que le faltaban las piernas. Con voz de doliente, tendida su temblorosa mano diestra, tan sucia como el mugriento pañuelo que guardaba arrebujado en la otra, gimoteando solicitaba a los pasantes:
- Una limosnita por el amor de Dios.

Yo no había cumplido aun los trece años, pero andaba muy cerca. Era de carácter ingenuo, soñador e introvertido. Hijo de burgueses liberales. Bien vestido y bien alimentado... Aquel hombre de piel cetrina, lánguida figura y tan flaco como un prisionero del nazismo; aquel personaje de ojos hundidos y plañidero hablar, victima aparente de todas las miserias, me implantó un agudo sentimiento de culpabilidad. Bosque en mis bolsillos una moneda y como no la encontré, le cedí el bocadillo que mi madre me había preparado para que entretuviera mi estomago entre clase y clase. El hombre inválido, apoyada la espalda contra el muro, las nalgas sobre una almohadilla de cuero, más que chamagosa, exhibía los desagradables muñones de sus escuálidos muslos , que parecían una pareja de extraños seres gemelos, al acecho bajo los faldones de su ajada chaqueta de un tiñoso azul marino oscuro.

Cogió la dadiva en silencio. Creí que la emoción por mi gesto le impedía hablar. Por tanto, satisfecho de mi buena obra, me alejé... Pero apenas había avanzado una quincena de pasos, cuando el bocadillo, transformado en proyectil, reboto contra mi coronilla. Me volví amedrentado, perplejo y dolorido. El mendigo gritaba muy enfadado:
- ¡Soy pobre, pero no un muerto de hambre!
Asustado rompí a correr con mi filosofía de la vida hecha un lío.
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2 comentarios:

  1. Después de mi exposición de fotografía submarina en la Mediateca de Pamiers-France, me voilá a nouveau de regreso en Las Palmas de Gran Canaria, con una nueva cámara submarina bajo el brazo, a la espera que las mareas se calmen y pueda, entonces, relanzarse sobre las olas para ver lo que hay debajo de ellas y volver a fotografiar, con miras a mi próxima exposición de fotos, dibujos, pinturas y textos en la Universidad Popular de Logroño.

    Gracias por todos los envíos culturales que durante este año me has ido enviando. Te felicito por tu labor. Y nada tengo que objetar Acueducto Azul. Tienes mi aplauso. Y bravo, sigue en tu camino.

    Los textos que te incluyo son de difusión libre. Hazlos circular por Internet eligiendo a tu criterio y sin ningún compromiso.

    Hasta siempre
    Paz
    Francisco Lezcano Lezcano

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  2. Gracias, amigo. Aquí tienes editado la primera de las narraciones cortas, que me remites. Aunque la he incluido en la pestaña de CUENTOS, se ve bien claro, que es una vivencia que marcó tu adolescencia. Yo también podría contar alguna por estilo, que me dolió bastante. Pero mi pretensión en este blog, es la de ir variando, con tal de no cansar a los visitantes.
    ¡Buena suerte con la nueva cámara!
    ANGALU

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