jueves, 27 de agosto de 2009


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El puente del Diablo de Mediano
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Al pasar por la carretera que desde Barbastro nos conduce a Aínsa nos encontramos con el embalse de MEDIANO. Del agua emerge la torre de la iglesia con su visible exconjugadera. Cerca de aquí estaba el denominado "Puente del diablo".
Según la leyenda, algunos hombres de Mediano estaban un domingo en la plaza charlando, cuando surgió el siguiente comentario:
-Si existiera un puente que cruzara el Cinca por el Entremón nos ahorraríamos mucho tiempo en nuestros viajes a Aínsa y Boltaña.
-Es cierto, pero ese puente costaría mucho tiempo, mucho trabajo y mucho dinero -replicó uno de los presentes.
-De ese puente ya os podéis olvidar. Ese puente sólo lo puede construir el diablo -añadió un tercero.
-¡Ah!, pues a mí no me importaría nada que viniese el diablo y lo construyera -intervino de nuevo el primero.
-Ni a mi tampoco -respondieron casi al unísono los demás.
Pasados unos minutos se presentó en la plaza un jinete, montado en un caballo negro. Era un hombre de gran altura. Bajó del corcel y se dirigió con voz cavernosa y potente a los presentes:
-Yo soy el diablo. Os he oído y estoy dispuesto a construiros el puente en una sola noche, antes de que cante el gallo.
-Está bien -respondió uno de ellos, atónito por la inesperada visita- pero tú, pateta, seguro que pedirás algo a cambio.
-Si cumplo lo prometido, solamente me llevaré el alma de las tres doncellas que quedan en el publo -respondió con aplomo y voz aún más grave el diablo.
-Eso no -replicaron los presentes.
Sin embargo uno de aquellos hombres, conocido por su astucia, les dijo en voz baja a los demás:
-Decidle que sí, que después ya lo engañaremos.
El trato quedó sellado. Aquella noche de luna llena el diablo comenzó su obra. Desde el pueblo se veía la rapidez en la construcción. Primero, grandes piedras en la base, luego levantó los pilares, siguió cerrando con las arcadas. Las gentes del pueblo, con gran espanto, preguntaron a aquel hombre tan astuto qué podía hacer.
-¡Tranquilos! -les dijo- cuando esté a punto de terminar, para que lo deje a medio construir, cogéis un gallo, le ponéis una vela delante y el gallo cantará.
Fueron a un corral a buscar un gallo, pero lo encontraron muerto. Rápidamente se dirigieron a otro corral y también lo encontraron estrangulado. El diablo había matado todos los gallo para que nadie le gastara una jugarreta.
Viéndose perdidos, manderon a un mozo que a galope tendido, fuese a buscar un gallo a alguna aldea vecina. Pero cuando el diablo, soltando una sonora carcajada, iba a colocar la última piedra, el mozo no había vuelto.
En el pueblo la situación se tornó muy dramática. Entonces, cuando ya se presentía lo peor, se oyó un sonoro kikirikí. El diablo, sintiéndose perdido, desapareció para siempre dejando un terrible olor a azufre. Allí quedó el que se denominó "puente del diablo" al que le faltaba una piedra.
Pero ...¿De dónde había salido el sonoro kikirikí? Al parecer, una de las doncellas que iba a ser entregada al diablo, sintiéndose perdida, fue la que lo entonó imitando perfectamente al gallo.
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(de LEYENDAS MISTERIOSAS DE ARAGÓN
recopiladas por:
JOSÉ ANTONIO ADELL CASTÁN
Y CELEDONIO GARCÍA RODRÍGUEZ)
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