viernes, 1 de mayo de 2009



A LUIS XIV de Francia le presentaron un oficial que pretendía un destino.

-Sois demasiado viejo -le dijo el monarca.

-Señor -respondió el solicitante-, sólo tengo cuatro años más que Vuestra Majestad y me quedan todavía veinticinco para serviros.

La lisonja agradó al rey y le concedió lo pedido.

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