viernes, 1 de mayo de 2009



Acude un litigante a un abogado, le explica de lo que se trata y le pide que lo defienda.

-Lo siento mucho -dijo el abogado-, su causa es justa, pero yo represento la causa contraria.

-Pero si mi causa es justa la de mi contrario no puede serlo.

-Ah, esto lo veremos en la audiencia.

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