LA FLOR
me vio venir
hizo sus cuentas
me regaló su aroma
intensísimo
invitó a beber a mis ojos
púrpura sin mancilla
cantó y bailó
lo que sabía
en el silencio y la inmovilidad
de lo inefable.
*
Luego
al rato
como quien no quiere la cosa
aún tuvo la gentileza
de darme
su gran lección
de morir dignamente
sin un grito.
*
SALUSTIANO MASO
*
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