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NUESTROS ÁNGELES
Mi ángel tutelar y tu ángel custodio,
¿qué saben de malicia si no entienden el odio?
Curiosos como niños se entretienen mirándonos
¡disfrutan ajenos a tu instinto y mi edad!
Nuestros dos santos ángeles, que ya se conocieron
velando nuestras cunas, y allí ya presintieron
nuestros dulces encuentros y tiernos arrebatos,
¡bendicen nuestros actos con santa ingenuidad!
Por eso no nos culpan si nos acariciamos,
no saben regañarnos cuando nos desnudamos,
¡y nos dejan hacer ocultas travesuras
mezclando mis locuras con tu curiosidad!
Porque ellos son así, poetas distraídos
que nuestras fantasías contemplan divertidos,
¡y tanto se complacen con nuestras herejías
que las toman por dogmas de una alegre verdad!
Mientras tú y yo ensayamos gustosos devaneos
convirtiendo los tactos en febriles deseos,
¡nuestros dos santos ángeles, sumidos en su éxtasis,
nos permiten finezas en franca libertad!
Cuando nos arrullamos se creen que oramos,
cuando nos poseemos bendicen lo que hacemos,
¡y al vernos tan unidos nos toman por un símbolo
de íntima armonía y de felicidad!
Por eso, cuando rezo, yo le digo al Señor
que son nuestros dos ángeles su regalo mejor,
¡Y también le suplico que nunca nos los cambie,
para gozar impunes tú y yo de nuestro amor!
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ROGELIO GARRIDO MONTAÑANA
(Publicado en pag. 8 de "Poesía"
de su "Taller Literario -Humanista"
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(Nota para curiosos: No se trata de ningún pariente cercano.
A lo sumo, habría que remontarse hacia el origen de
ese apellido tan extendido por todo el mundo hispánico)
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