Ja ja ja... siempre de broma y buen humor. No precisamos que los pinchos los llevemos siempre encima. Nos los impone a veces la misma vida. O los demás. Para mi, florecer es hacer brotar hacia afuera lo mejor que llevamos dentro. Acepto tu guasa y también me río. Gracias por entrar aquí de vez en cuando.
Parece una contradicción, pero se ajusta fielmente a la verdad. Por mucho que una madre extreme los cuidados de su hijo, será el curso de la vida el que le prepare para vivir plenamente.
Me has comparado con un cactus, jo, pues me busco y no me encuentro las espinas, claro que flores tampoco me veo. Sonrío contenta y te abrazo fuerte
ResponderEliminarJa ja ja... siempre de broma y buen humor. No precisamos que los pinchos los llevemos siempre encima. Nos los impone a veces la misma vida. O los demás. Para mi, florecer es hacer brotar hacia afuera lo mejor que llevamos dentro. Acepto tu guasa y también me río. Gracias por entrar aquí de vez en cuando.
EliminarParece una contradicción, pero se ajusta fielmente a la verdad. Por mucho que una madre extreme los cuidados de su hijo, será el curso de la vida el que le prepare para vivir plenamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues va a ser que sí, que tienes razón. Giramos el prisma, y cualquier frase cobra otro sentido. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarLa vida para cada uno es la flor del cactus: Podemos hacerla hermosa con tal que sepamos que es muy corta.
ResponderEliminarAsí es. Comparada a las espinas, la vida de la flor, o la flor de la vida, es breve. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminar