(Poetas amigos)
*
(Tenemos la suerte en España
-tal vez suceda también en otros países-
de no poder contar el número de poetas que tenemos,
cual si fueran las estrellas del cielo,
y que podemos encontrar en cada esquina,
mientras miran hacia arriba y sueñan,
o miran al suelo y añoran a alguien,
contemplando un pensamiento o una humilde violeta.
-tal vez suceda también en otros países-
de no poder contar el número de poetas que tenemos,
cual si fueran las estrellas del cielo,
y que podemos encontrar en cada esquina,
mientras miran hacia arriba y sueñan,
o miran al suelo y añoran a alguien,
contemplando un pensamiento o una humilde violeta.
Alguien dijo que de músico, médico, poeta y loco,
todos tenemos un poco.
todos tenemos un poco.
Porque cualquier flor nos puede recordar a alguien especial.
Cada pájaro nos canta una llamada
que tal vez no entendamos.
que tal vez no entendamos.
Cada nube nos recuerda lo poco que somos
y el lugar donde en espíritu esperamos volar un día
y donde ellos nos precedieron porque ya llegó su hora.
y el lugar donde en espíritu esperamos volar un día
y donde ellos nos precedieron porque ya llegó su hora.
¡Cuántos poetas amigos espero encontrarme en el cielo!
Y éste, es uno de ellos).
*
S O Ñ A N D O
Todos cuantos versos
escribió mi mano,
aunque no lo creas,
en ti se inspiraron.
Aquellas estrofas
¡ Ya hace muchos años ¡
yo las concebía,
Soñando... Soñando...
Y en mi loca fantasía
iba forjando mi mente,
unos labios de ambrosia,
una mirada inocente
con graciosa picardía.
Un rostro del que las rosas
de Mayo, un atardecer,
copiarían amorosas
su color, para nacer
otro día aun mas hermosas.
Y en un cuerpo angelical
de perfecciones creado,
de belleza sin igual,
un alma que había ideado
con pureza virginal.
Y pasaba el tiempo...
y seguí soñando,
ya que solo en sueños
creía encontrarlo.
¿Fue mi buena suerte?
¿De Dios un milagro?
mis ojos, un día
hoy ya muy lejano,
mirando hacia el cielo
los tuyos hallaron:
Los mismos que siempre
había soñado,
tus labios, aquellos,
tu rostro rosado,
era el que las rosas
celosas copiaron.
Tu cuerpo divino
como imaginaron
en su fantasía
mis sueños dorados.
¡Y el alma mas pura,
en ti he encontrado!
Con ser esto mucho,
mas en ti he hallado:
Consuelo a mis penas,
caricias y halagos,
y otras muchas cosas
que por ti me callo.
Y por si era poco,
tres hijos amados...
¡Dios nos ha traído
con su Santa Mano.
Ya nuestro Alfredito
cumplió nueve años
¡Ya casi es un hombre!
en él yo he cifrado
grandes esperanzas,
el me ha asegurado
que “Gobernador”
tendrán que nombrarlo.
¿Y nuestro Juanito?
¡Que lengua de trapo!
a todos nos quiere
si no está “enfadado”
y hacerse mayor
aprisa ha pensado,
pues ir al “Toletio”
está pensando,
llevar “ocho” “pumas”
un “papiz” muy largo
un “libo” una “tinta”
¡Dios mío, que Encanto!.
Y aunque tú lo dudes,
al hacer cristiano
nuestro tercer hijo,
aun sigo soñando...
Hoy sueño con ellos
como en ti he soñado,
mas no tengas celos...
¡Tú me los has dado!.
Dedicado a mi querida esposa, con motivo del bautizo de nuestro tercer
hijo: Pepito.
Valencia 15 de Diciembre
de 1.946
JOAQUIN ALFREDO
SENDRA
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