jueves, 9 de julio de 2009


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ÍNTIMO SOSIEGO
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Si supiera...
De pronto he descubierto tantas cosas.
Conozco al fin el más grande secreto.
Llueve enero los cristales de mi casa,
feliz estoy con mi tesoro nuevo:
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Siento que crezco un infinito árbol
que se llena de pájaros y sueños.
Su savia fresca se extiende por mis venas
y en un bullir de sangre me empuja hasta los cielos.
Ya saltan y se alargan por mis dedos sus hojas.
¡Nidos de mirlos hay en mi tronco-cuerpo!.
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Ya me crecen sus ramas frescas como el rocío
caminándome siempre hacia dentro.
Cada minuto son más verdes, más tiernas,
son más luz cuanto mayor es el silencio.
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LEONOR BARRÓN
("Las noches y los dias")
Colección Torremozas
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