sábado, 25 de julio de 2009


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ÍNTIMA ESQUINA DE LA FIEBRE
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Subo por la escalera del sueño
a la ventana
para ver las catedrales enfrente de la noche,
bóvedas ecuestres con demonios,
pacientes agujas de mi infancia
que apuntaban como flechas vagabundas
al misterio.
Subo por la escalera
con la vista turbada de otro tiempo
hasta la tarde de ayer
imposible y por eso tan dichosa.
Aparece un recuerdo y provoca un incendio
que sostiene mi fiebre,
la ventajosa efigie en el termómetro.
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Yo era un niño educado
y el tiempo aún no existía
en las enarboladas horas de los jueves
con el rostro sin mancha de Tintín
y la norma
en la dulce geografía de las niñas.
Yemas sin envés
con el terroso acento de la tiza
bendecían nuestro esfuerzo
en los patios olímpicos, en los textos
de obtusa inteligencia.
Sólo la ley del trabajo
no ha de ser transgredida
y por eso me afano sin recompensa
cuandl la luz amarilla se acongoja
por la risa inoportuna del quebrado.
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Son las sombras que hago volver
por la pista plateada del mercurio,
tardes de vacaciones obstinadas,
impertinentes mecanos, los zapatos de párvulos,
el genio vivo de los juguetes nuevos,
vuelven con sólo alzar los ojos
pero oigo machacona la voz de don Mariano
que se enoja conmigo y me repite:
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"Mire usted adelante, señor mío,
mire usted adelante".
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JOSÉ FÉLIX OLALLA
(De: "En el tiempo intermedio"
Premio de Poesía
"MARIO ANGEL MARRODÁN, 1994"
Ediciones Cardeñoso
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1 comentario:

  1. Libro recibido por deferencia de Severino Cardeñoso, editor y promotor del premio, cuyo año, participé y quedé finalista.

    ANGALU

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