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LA CARTA

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La carta, entristecida, te reclama.

La brisa, rumor de besos, mece las ramas

en los árboles.

Flotan las hojas rojas de la rosa que se muere

y cae la lluvia, llanto amable, con ecos de plegaria...

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Una carta puede ser también un rezo.

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Ahí está, en mi escritorio; con su sello y su destino,

es bonito el sello y es bonito tu nombre...

son bonitos los días y las noches que menciona;

los silencios de que habla; la nosalgia de palabras que no fueron;

las olas y la arena insinuadas...

su: "¡ven!" y su "¡vuelve!", "¡no te vayas!",

su "me duele el alma como un cuerpo maltrecho y viejo

porque tu no estás,

y una caricia tuya bastaría para sanarme..."

es bonito su final: "Te espero. A cualquier hora. ¿Vienes?"

*

La carta-

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Borbotones agónicos.

Batallas interiores.

Y, mis lágrimas.

Sin fe y sin esperanza.

*

Mi carta es un rezo que no pide;

un sueño en el vacío que se sabe inútil.

Abortado.

*

...Jamás te llegará. No te hace falta.

Aunque quizá...

tú la esperas...

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MªTERESA FRANK URDAPILLETA

1.984

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