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COMO EL AGUA DEL ARROYO
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Agua simple de arroyo que, serena
o agitada, obedece aca instante
a la que, ya detrás o ya delante,
es ella misma aunque parezca ajena,
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eso nosotros : cangilón que suena
monótono en la noria deslizante
de la vida, vaivén desconcertante
de la sangre que así nos encadena.
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No existe mandamiento de destino
para el tren del otoño ni acomodo
privilegiado, sólo ese camino
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hecho por primeros, a su modo,
hacia el cual nos empuja el peregrino
paso de los siguientes... Eso es todo.
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MANUEL TERRÍN BENAVIDES
(de "El rumor de las masas")
ALBACETE
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